sábado, 4 de febrero de 2012
BASILICA INFERIOR DE SAN FRANCESCO. Las alegorías del transepto
El crucero mantiene intacta su importancia en la liturgia con las escenas de la “Gloria franciscana”: Doña Pobreza, Castidad y Obediencia indican el camino tortuoso hacia la perfección del Francisco entronizado. Sus vestiduras doradas sugieren la riqueza que se podrá alcanzar siguiendo sus enseñanzas. Pero atención, el peligro acecha peligro en este camino de iniciación, es un camino de renuncia, renuncia a la casa que te protege, al alimento que te sustenta y a la ropa que cubre tu cuerpo
Doña Castidad nos enseña cómo esta iniciación está en sintonía con los más altos principios de caballería. Como un Amadís de Gaula, el caballero debe alcanzar el castillo de su amada
Flamante su escudo, desenvainada la espada. Con la ayuda de Penitencia, arrojará al foso del olvido a las tentaciones.
Obediencia está rodeada de sus mejores consejeras. A la derecha Humildad se enfrenta al centauro desbocado de Soberbia. En el otro lado Prudencia observa con su doble rostro el pasado y el presente, interrogándose sobre el futuro.
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